viernes, 28 de mayo de 2010

2º Año-Catequesis

Bautismo.
Bautismo de Jesús.
Los testigos de la vida de Jesús dieron mucha importancia a su bautismo del río Jordán. Lo entendieron como que esto ayudó a Jesús a descubrir su misión posterior.
Su Bautismo es solidaridad con su gente. Desde allí descubre su misión. Por eso decimos que ha sido para Jesús una experiencia de Dios que lo sostiene y lo lleva a ponerse al servicio del Reino.
Ayudados por el bautismo de Jesús, entendemos mejor nuestro bautismo. Se trata de vivir lo que Jesús vivió en esta experiencia: vivir nuestro bautismo como el momento decisivo en el que descubrimos nuestra vocación y optamos por ella, estar unidos a Jesús asumiendo su causa y comprometiéndonos en su proyecto.

La práctica bautismal de los primero cristianos.
Los primeros cristianos no estaban desesperados por bautizar a la gente, entendían el bautismo como algo serio y como culminación de un camino. No comenzaban bautizando, comenzaban evangelizando.
Le comunicaban a la gente que Dios está cerca y su presencia cariñosa salva gente. La vida comunitaria era el signo visible de esta salvación.
Al que opta por este estilo de vida, se lo recibe en la comunidad cristiana y se lo inicia en las enseñanzas de Jesús. Se le enseña el Padrenuestro que es como la contraseña de la comunidad.
El bautismo es el momento culminante de este proceso. La comunidad recibe al que quiere seguir a Jesús y celebra esta decisión.
Lo que un cristiano debería decir al bautizarse:
Creo con ustedes, los miembros de la comunidad, que ya estamos salvados por el camino que abrió Jesús con su Palabra y su Práctica. Dios así lo ha confirmado con la Resurrección. Jesús está vivo y actuando en su comunidad, que trabaja para que la justicia, la libertad y la fraternidad sean una realidad para todos los pueblos. Yo unido a ustedes, me siento solidario con Jesús, con su forma de vida y su casa.

Aunque nuestra práctica sea el bautismo de los niños, esto no nos debe hacer olvidar cual es propiamente de la fe cristiana: la evangelización, entendida como un proceso: por la convocación del pueblo, el anuncio gozoso de la salvación presente, el signo de la comunidad fraterna, la invitación convocadora y provocadora de vivir como Jesús. Y por supuesto el Bautismo como signo de sí a Jesús y a su proyecto: el Reino de Dios.

Bautismo: sacramento de inicial de la fe.

Efectos del Bautismo:
Perdona los pecados y da una vida nueva.
Hace al bautizado miembro de la Iglesia u Hermano de Jesucristo.

Ministro:
1.Ordinario: Obispo, Sacerdote, Diácono.
2.Extraordinario: cualquier persona bautizada siempre que lo haga, teniendo la misma intención de la Iglesia, usando agua y pronunciando la formula.
Forma: son las palabras que se pronuncian derramando el agua sobre la cabeza del bautizado diciendo: “YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO”.

Materia: el agua normal.

La celebración bautismal: el bautismo cristiano se celebra bañando en agua al que lo recibe (BAUTISMO POR INMERSION) o derramando agua sobre la cabeza del bautizado (BAUTISMO POR INFUSION). El rito consta de 3 momentos:
1.Preparación: consiste en la bendición del agua, la renuncia del pecado, la presesión de la fe y la pregunta de si desean ser bautizados.
2.Ablución o Bautismo: mientras el ministro baña con agua a quien bautiza mientras pronuncia la formula.
3.Ritos complementarios: la Crismación, la vestidura blanca, la luz de Cristo.

El Bautismo nos hace miembros de la Iglesia.

Por el bautismo Dios nos llama a emprender JUNTOS la marcha hacia El.
El bautismo es la puerta de entrada en la familia de Dios, la Iglesia.
El bautismo es una señal de aceptación mutua: la Iglesia recibe al que bautiza y éste acepta a la Iglesia. Es un compromiso mutuo: La iglesia me ayuda a alcanzar la meta de mi vida y yo me comprometo a vivir siempre y en todas partes como miembro activo de ese Pueblo de Dios.

El Bautismo vincula a todos los que reciben a la Iglesia que es ante todo comunidad de hermanos que:
Creen en Dios como padre;
Aceptan a Jesucristo como modelo de su vida, Salvador y Señor del mundo.
Se comprometen a ser luz del mundo y sal de la tierra.

El Bautismo nos hace hermano de Jesucristo.

Ser bautizado es como nacer de nuevo. Es comenzar una vida nueva.
El bautizado es una persona injertada en Jesús, para que viva como y con Él la misma Vida de Dios. Los Bautizados han unido si existencia con la de Cristo. Desde el momento del Bautismo el camino de Jesús es nuestro camino.

Por el Bautismo fuimos sepultados con Cristo en su muerte, para que así Él resucitó, también nosotros llevamos Vida Eterna.
EL BAUTISMO NOS HACE HERMANOS DE JESUCRISTO.

Los Signos Bautismales.
La señal de la cruz: la cruz tiene un gran valor, es signo de triunfo y victoria, porque en ella murió Jesús para salvarnos de la muerte y del pecado. Al inicio de la ceremonia el sacerdote traza una cruz sobre la frente de la criatura. Es un gesto de señal que quiere marcar profundamente esta vida que comienza.
La señal de la cruz es distintivo del cristiano:
Recuerda la pasión de Cristo que nos salva.
Es oración cada ves que la hacemos.
Es innovación al poder que nos protege.
Es acto de fe en Dios Uno y Trino.
Es señal de su presencia en nuestro hogar.
A la cruz hay que acompañarla con el testimonio de nuestra vida cristiana.

El Agua: la palabra “Bautismo” significa “Baño, zambullida”. El agua es el símbolo de la vida y de la muerte de los hombres. El agua nos recuerda muchas cosas:
Del agua nace toda la vida.
El agua también mata y destruye.
El agua une y separa.

La vestidura blanca: nos recuerda, que ahora el bautizado comienza a ser distinto; ha sido purificado por el agua, tiene en si la Gracia, la misma Vida de Dios.
La blancura simboliza la pureza del alma. La vestidura blanca es la del banquete de bodas, necesaria para poder participar del banquete del Padre-Dios.

La vela encendida: es símbolo de la fe, que ilumina toda la vida cristiana, para que conozca a Jesús y a su doctrina, e ilumine con ella a los demás hombres.

El óleo de los catecúmenos: con el óleo de los catecúmenos se hace la unción en el pecho como símbolo de la protección de Cristo y de las arduas luchas espirituales que el cristiano ha de liberar para ser fiel. Este óleo sirve para resbalar fácilmente, era usado por los atletas.
Así el bautizado debe saber escurrirse a sus adversarios espirituales.

El santo crisma: es aceite mezclado con bálsamo y el sacerdote lo unge en la frente del bautizado.
El aceite penetra profundamente en los tejidos, en la madera, etc.
El Santo Crisma significa esa marca imborrable que llevamos en nuestro corazón, por la que hemos sido consagrados a Dios en forma definitiva, para ser sus hijos.
El signo del crisma expresa nuestra Identificación con Cristo Sacerdote, Profeta y Rey por excelencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario